Este 7 de mayo comenzó el Cónclave en El Vaticano, donde se elegirá entre 133 cardenales el nuevo Papa que será el sucesor de Francisco I, Jorge Mario Bergoglio.
Ya hay encierro en la Capilla Sixtina y arrancan las votaciones, que podrán lanzar la clásica fumata negra (cuando no hay elección) y la fumata blanca (cuando Habemus Papam).
Actualmente, solo pueden votar los cardenales menores de 80 años, llamados «cardenales electores».
Los cardenales quedan completamente aislados del mundo exterior: no pueden leer la prensa, ver televisión, hacer llamadas ni enviar correos. Antes de iniciar la votación, los cardenales juran guardar secreto sobre las deliberaciones y respetar las reglas del cónclave.
Para elegir al nuevo Papa, se requiere una mayoría de dos tercios de los votos. Si no se alcanza un acuerdo, las votaciones continúan hasta que se logre la fumata blanca, que indica que hay un nuevo Pontífice. En caso contrario, la fumata negra señala que aún no se ha tomado una decisión.
Algunos cardenales favoritos
El cónclave para elegir al nuevo Papa ha generado gran expectativa, y varios cardenales se perfilan como favoritos para suceder a Francisco I. Entre los nombres que más resuenan están:
- Pietro Parolin: Secretario de Estado del Vaticano, con una amplia trayectoria diplomática y considerado un candidato fuerte para asegurar una transición estable.
- Luis Antonio Tagle: Cardenal filipino, conocido por su carisma y enfoque progresista. Ha sido llamado el «Francisco asiático» por su cercanía con el legado del Papa Francisco.
- Matteo Zuppi: Arzobispo de Bolonia, con experiencia en mediación política y un fuerte compromiso con causas sociales como la migración y la pobreza.
- Pierbattista Pizzaballa: Patriarca latino de Jerusalén, con gran conocimiento de Oriente Medio y una postura conciliadora en conflictos religiosos.
- Jean-Marc Aveline: Arzobispo de Marsella, defensor de los derechos de los migrantes y el diálogo interreligioso.
- Péter Erdő: Cardenal húngaro, con una postura conservadora pero reconocido por su capacidad diplomática.